Oració mental (Vida 8,5)

[5] El bien que tiene quien se exercita en oración, ay muchos sanctos y buenos que lo han scrito, digo oración mental, ¡gloria sea a Dios por ello! Y quando no fuera esto, aunque soy poco humilde, no tan sobervia que en esto osara hablar. De lo que yo tengo esperiencia puedo dezir, y es que por males que haga quien la ha començado, no la dexe, pues es el medio por donde puede tornarse a remediar, y sin ella será muy más difficultoso. Y no le tiente el demonio por la manera que a mí, a dexarla por humildad; crea que no pueden faltar sus palabras, que en arrepentiéndonos de veras y determinándose a no le offender, se torna a la amistad que estava y a hazer las mercedes que antes hazía y a las vezes mucho más si el arrepentimiento lo merece. Y quien no la ha començado, por amor del Señor le ruego yo no carezca de tanto bien. No ay aquí que temer, sino que dessear; porque, quando no fuere adelante y se esforçare a ser perfecto, que merezca los regalos que a estos da Dios, a poco ganar yrá entendiendo el camino para el cielo; y si persevera, espero yo en la misericordia de Dios, que nadie le tomó por amigo que no se lo pagasse; porque no es otra cosa oración mental, a mi parecer, sino tratar de amistad, estando muchas vezes tratando a solas con quien sabemos nos ama. Y si vos aún no le amáys (porque, para ser verdadero el amor y que dure la amistad, hanse de encontrar las condiciones, y la del Señor ya se sabe que no puede tener falta, la nuestra es ser viciosa, sensual, ingrata), no podéys acabar con vos de amarle tanto, porque no es de vuestra condición; mas viendo lo mucho que os va en tener su amistad y lo mucho que os ama, passáys por esta pena de estar mucho con quien es tan differente de vos.